EL NACIONALISMO SE SITÚA AL MARGEN DE LA LEY: YA VA SIENDO HORA DE ACTUAR
Frente al golpismo del parlamento catalán, cúmplase el Artículo 155 de la Constitución
Hoy la mayoría nacionalista del parlamento catalán ha votado una declaración golpista que sitúa a ese órgano al margen de la ley,
al declarar a Cataluña como “sujeto político y jurídico soberano” en
abierta oposición al Artículo 1 de la Constitución, que afirma: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”
El nacionalismo catalán invoca el derecho a decidir: ¿también en colegios y comercios?
Esto es lo que sufren a menudo los catalanes que se sienten españoles
Esto es lo que sufren a menudo los catalanes que se sienten españoles
Entre
los poderes del Estado, por supuesto, está el de la comunidad autónoma
catalana, que existe no como una expresión de una inexistente soberanía
de esa región española, sino como un órgano delegado del Estado. Dicho
sea de forma que cualquiera lo entienda: el
poder de la autonomía catalana procede de España, y si esa autonomía se
declara al margen de la legalidad española, entonces el Estado debe
intervenir esa autonomía para restablecer la legalidad.
Y no es que lo diga yo. Basta con leer lo que dice el Artículo 155 de la Constitución Española:
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
¿Pedirán a los ciudadanos obediencia a un parlamento que se salta la ley?
La Constitución obtuvo en referéndum un 90,46% de votos a favor en Cataluña,
con una participación del 67,9%, más que el Estatuto catalán vigente,
que obtuvo un 73,9% de votos a favor con sólo un 49,41% de
participación. El gobierno tiene toda la legitimidad legal y moral para hacer cumplir la Constitución en Cataluña frente a un gobierno y un parlamento autonómicos que insisten en saltarse las leyes. El ejecutivo de Rajoy no puede seguir de brazos cruzados ante un nacionalismo totalitario e insumiso que se salta la ley,
lo cual supone una clara amenaza a las libertades individuales de los
catalanes y que pone en riesgo, además, la propia estabilidad de nuestra
democracia y nuestras posibilidades de recuperación en la ya de por sí
difícil situación económica que vivimos. Y es que ¿con qué cara se le pide a la gente que obedezca a un poder autonómico que se salta las leyes? ¿Con
qué cara se le pide a los inversores que traigan su dinero a nuestro
país o se hacen declaraciones contra la corrupción, si el gobierno
consiente que una autonomía se salte las leyes con total impunidad,
provocando una enorme inseguridad jurídica y dejando los derechos de los
ciudadanos a los pies de los caballos?
La casta política nacionalista está llevando a Cataluña a la ruina
Además
de formentar la insolidaridad hacia las demás comunidades, además de
excluir a los catalanes no nacionalistas, pisotear las libertades
individuales -en especial las lingüísticas- y fomentar el odio hacia el
resto de España, la gestión de los distintos gobiernos nacionalistas ha tenido como resultado más visible que Cataluña sea ya la región más endeudada de España.
En el momento de pedir el rescate al gobierno español el año pasado
-petición hecha a escondidas, mientras de cara a la galería se insistía
en el falaz argumento de queEspaña nos roba-, la Generalidad ocultaba a los catalanes que ya acumula una deuda pública de más de 5.500 euros de media por persona, y que Cataluña recibe del Estado 16.000 millones de euros más de los que ingresa en las cuentas nacionales. Para colmo, mientras se enfrascaba irresponsable y frívolamente en proyectos soberanistas abiertamente ilegales, el gobierno catalán cerraba 2012 con un déficit del 2,3% frente al exigido del 1,5%. ¿Hasta cuándo se va a seguir tolerando este mangoneo? Haga cumplir la ley, señor Rajoy, que ésa es su obligación.
Mas advierte de que Cataluña no cumplirá en 2013 el objetivo de déficit
El presidente catalán asegura que debería recortar de forma sustancial el Estado de bienestar
Pide un frente común de los partidos catalanes para exigir un reparto “justo y leal” de los límites fijados por el Gobierno central
Al
principio de su primera legislatura, Mas ondeó con entusiasmo la
bandera de la austeridad. Sin embargo, su titular de Economía, Andreu Mas-Colell, ha
podido comprobar cómo esa política —que ha ido desde el cierre de
quirófanos hasta despidos de empleados públicos— ha contribuido a
deprimir la economía y a complicar la consecución de las metas de
déficit. “Nuestra percepción de la austeridad hoy tiene matices que
probablemente no tenía hace dos años”, admitía el diputado de CiU Antoni
Fernández Teixidó.
El
Ejecutivo de Mas está apurando al máximo este último mes para cumplir
con el objetivo de déficit del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB),
cuyo cumplimiento dependerá de cerrar todas las privatizaciones antes
del 28 de diciembre. Y aun así, el presidente no pudo garantizar cerrar
el año con los deberes hechos. “Se lo diremos de aquí a unas semanas”,
respondió a la líder del PP, Alicia Sánchez-Camacho.
En
todo caso, Mas prevé que el sector público español rebasará los
objetivos de déficit de este año acordados con Bruselas, del 6,3% del
PIB, y que el año que viene Cataluña no podrá rebajar su déficit hasta
el 0,7% del PIB ante la imposición de unos “ajustes muy duros que no
tienen sentido ni en Cataluña ni el resto de las comunidades”.
El presidente, que compareció ante la diputación permanente del Parlament para explicar las consecuencias de haber acudido al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), puso
todavía más dramatismo a las posibles consecuencias de incumplir con
los objetivos de déficit. Mas recordó que el FLA solo cubre la
financiación del “déficit autorizado” —el 1,5% este año—, por lo que una
posible desviación significaría que la Generalitat podría “entrar en
una dinámica de no poder pagar”.
El debate permitió ver cambios de fondo en el discurso del líder de CiU, que se encuentra en plena negociación para conseguir un apoyo estable de Esquerra Republicana la
próxima legislatura. Mas fue especialmente cuidadoso en sus respuestas a
ERC, partido que evitó los reproches al presidente catalán.
De
hecho, salvo los republicanos, toda la oposición recriminó a Mas su
falta de autocrítica y que culpe exclusivamente al Gobierno central de
la situación financiera de Cataluña. El resto de partidos de izquierda
recordaron especialmente que Convergència i Unió votó la ley de
Estabilidad Presupuestaria que fija los objetivos de déficit y amenaza
con la intervención de la Generalitat.
El
portavoz de ERC, Joan Puigcercós, sí pidió a Mas que fuera claro y
diera cuenta de las consecuencias que conllevará recibir el dinero del
FLA, especialmente si la Generalitat tiene que volver a pedir dinero el
año que viene. Para ERC acudir a este fondo es una dificultad añadida a
la hora de negociar un pacto con CiU, puesto que cualquier acuerdo que
implique gasto puede convertirse rápidamente en papel mojado.
El
presidente catalán no escondió que acudir al fondo de liquidez comporta
cesión de soberanía, pero se mostró confiado en que ese hecho sea
temporal.
Mas
subrayó que Cataluña tiene como único recurso acudir al Fondo de
Liquidez Autonómico o, si no, se enfrenta a la “autoliquidación”.
También dio por hecho que tendrá que recurrir otra vez. “Las
consecuencias políticas de apuntarse al FLA son mucho menores que las de
no apuntarse, porque o acudimos al fondo o vamos a la autoliquidación”,
concluyó.
Al
mismo tiempo que se visualizó el acercamiento entre ERC y CiU se puso
de relieve el distanciamiento con el PP y el PSC. Mas fue especialmente
duro en sus respuestas a Alicia Sánchez-Camacho, a quien enumeró los
incumplimientos de Mariano Rajoy con la Generalitat. También reprochó a
la socialista Rocío Martínez-Sampere tanto la gestión del tripartito
como la de José Luis Rodríguez Zapatero.
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