Dos nuevas crías aumentan la familia australiana de emúes del Oasis Park
de La Lajita. Los ejemplares de estas aves grandes y no voladoras
permanecieron dos meses en una incubadora. Son la segunda camada de una
pareja de esta especie que llegaron hace unos dos años al zooparque.
La familia australiana de emúes del Oasis Park, en La Lajita, crece en
seis ejemplares tras el nacimiento de dos crías. Los huevos de estas
aves grandes y no voladoras permanecieron durante la gestación en una
incubadora artificial.
La pareja de emúes llegó al zooparque majorero hace dos años con dos hijos. Aunque es una especie australiana, provenía de un zoológico de Barcelona.
La familia australiana de los emúes de La Lajita convive en el mismo
recinto con los guanacos y las llamas, además de con los ñandúes, que
son una especie de avestruz pequeño, detallan fuentes del Oasis Park. Se
alimentan sobre todo de pienso de avestruz, millo y cebada.
En la incubadora, los nuevos ejemplares permanecieron dos meses vigilados por el equipo de veterinarios y biólogos del Oasis Park. La incubación artificial no deja de ser una imitación del proceso que realizan las aves en su medio natural. De hecho, explican fuentes del zooparque, un huevo en un nido necesita, para desarrollarse -y si está fertilizado-, temperatura, humedad y un recambio de aire. Estos tres parámetros son los que también le son proporcionados por la incubadora artificial, aunque eso sí, el poder realizar un control más homogéneo de los mismos en la incubación artificial se traduce en unos mejores resultados de incubabilidad que cuando se comparan con los que resultan de la incubación natural.
El emú común (Dromaius novaehollandiae) es una especie de ave estrutioniforme de la familia Dromaiidae. Es un ave no voladora, y después del avestruz, la segunda en tamaño. Es nativa de Australia y el único miembro viviente del género Dromaius.
En la actualidad, de la familia de los emúes solo sobrevive una especie, el emú común, que es la segunda ave de mayor tamaño, después del avestruz. Entre otras características, destaca por ser el macho el que se pone clueco después de que su compañera empieza a poner, y empieza a incubar los huevos antes de completar la puesta. Durante este tiempo, no come, bebe o defeca.
Las crías de Fuerteventura nacieron hace quince días, pero no se dan a conocer hasta asegurarse que sobreviven.
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