domingo, 10 de febrero de 2013
Hambre de Carnaval
No hubo Cabalgata anunciadora ni bailes en los espacios públicos, por la
suspensión oficial, pero sí mucha gente en la calle. Un enjambre de
carnavaleros, sobre todo jóvenes, que no perdió la ocasión de mover el
esqueleto y llenar los principales accesos al cuadrilátero. Especial
protagonismo tuvieron esta vez por su música las carrozas, como ocurría
antaño, y los muchos quioscos abiertos.
Ayer, la normalidad se recuperó casi por completo con un gran colofón:
el certamen de Ritmo y Armonía en la avenida Francisco La Roche, donde
las comparsas dan su mejor versión al danzar en la calle. Luego, a
bailar hasta que el cuerpo aguantara y, si amanecía, mejor. Como
siempre.
Pero también hubo un lado menos positivo, sobre todo durante la
madrugada -la masa de gente sale muy tarde, algo habitual los últimos
años- con un cierto ambiente agresivo y de ansiedad, sobre todo en
algunas zonas oscuras del entorno de la plaza de La Candelaria o del
Príncipe que no pudo con el generalizado y habitual "buen rollito".
Tal vez por esto último, el balance del primer día del Hospital del
Carnaval fue alto en cuanto al número de personas atendidas, un total de
86, 13 más que el mismo día del año pasado. El dispositivo, en el que
colabora Cruz Roja, se ha instalado un año más en la plaza General
Gutiérrez Mellado, junto a la sede de Presidencia.
Durante la primera jornada fue necesario asistir a 79 adultos y siete
menores. Entre los primeros, 32 tuvieron que ser tratados de
intoxicaciones etílicas; cinco por las provocadas por el consumo de
estupefacientes; uno por enfermedad común; siete al producirse heridas
por caerse; 11 con diversos traumatismos; 15 por lesiones derivadas de
agresiones; y ocho por otras causas. Catorce tuvieron que ser evacuados a
centros hospitalarios.
La noche terminó con tres detenciones de la Policía Local; dos por
implicación en reyertas y una por un presunto caso de violencia de
género.
En
cuanto a los menores, se produjeron cinco casos de intoxicación etílica
y otro joven fue asistido por traumatismo tras una caída. Un chico de
17 años fue víctima de una agresión y tuvo que ser trasladado al
Hospital de La Candelaria. Una adolescente que sufría intoxicación
etílica también fue derivada por diversas complicaciones, en este caso
al Hospital Universitario de Canarias (HUC).
Para bien o para mal, por fin llegó el Carnaval de verdad, el de la calle.
José D. Méndez
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