Érase una vez... la sonrisa de un niño enfermo
La Asociación 'Hospital Imaginario'
visita dos días por semana la planta de Pediatría del Hospital San
Pedro para contar cuentos a los pequeños ingresados y a sus acompañantes
Érase una vez, allá por el año 1998, que
un grupo de personas decidió acudir todos los miércoles por la tarde a
la planta de Pediatría del Hospital San Millán para contar a los niños
allí ingresados un cuento y hacer más llevadera la convalecencia de los
pequeños riojanos. Nacía así 'Hospital Imaginario'.
La idea había surgido un año antes, cuando Jesús María Martínez y otros compañeros con ganas de hacer algo por los más pequeños se habían fijado en los payasos de hospital que existían en otros centros clínicos. Entonces comenzaban a coger auge los cuentacuentos, así que estos riojanos decidieron encaminar por ahí su trabajo voluntario en la Residencia logroñesa.
Días esperados
Poco a poco, fueron 'colándose' en las diferentes habitaciones de la planta de Pediatría, hasta que llegó un momento en el que los miércoles eran muy esperados por los pacientes más jóvenes del San Millán.
En 2002, 'Hospital Imaginario' se convirtió en una asociación y sus componentes comenzaron a recibir cursos de formación para desarrollar este trabajo altruista con más calidad. Ese paso hizo que 'Hospital Imaginario' alcanzara más notoriedad entre los internados y también que los voluntarios estuvieran más organizados a la hora de asistir al centro y de turnarse entre las diferentes habitaciones.
Hoy, en el nuevo complejo hospitalario San Pedro, son una docena de cuentacuentos, de entre 20 y 50 años, los que acuden durante una hora, los lunes y los miércoles, a relatar a los niños enfermos cuentos de los de toda la vida.
Incluso ya están pensando en ampliar su visita a la planta de Pediatría del hospital a un día más por semana, concretamente los viernes, y pasearse por los pasillos con un carrito de cuentos para que los pacientes puedan disfrutar con esta actividad.
Pero para cumplir ese sueño de ampliar la iniciativa, 'Hospital Imaginario' necesita más voluntarios, porque el número de niños hospitalizados lógicamente varía cada semana.
Los voluntarios de esta asociación llegan a la planta sobre las cinco y media de la tarde. Es un momento muy esperado por todos los pequeños, y también por las familias.
Batas de colores
Enseguida se disponen a hacer que los ingresados pasen un rato entretenido ataviados con sus batas de colores. Jesús María comenta que antes, «las familias aprovechaban la visita de los voluntarios para bajar a la cafetería y descansar unos minutos. Sabían que el niño estaba en buenas manos. Ahora, se quedan y participan. Incluso traen a hermanos o amigos del paciente y, entre todos, se cuenta el cuento».
Uno de los voluntarios, Millán, recurre siempre a los cuentos tradicionales, como 'Los tres cerditos' o su preferido, 'El Capitán Garrapata'. Se trata de una narración en la que se hace un barco de papel y en cuyo final aparece una sorpresa. Pero hay también nuevos relatos como el que habla de una familia de monstruos o el llamado 'Culito Independiente'. Todos los cuentos están dirigidos y adaptados a las edades de los pacientes de cada habitación.
Y también se rescatan, en cada paseo por el pasillo de Pediatría del San Pedro, un sinfín de relatos venidos desde el lejano Oriente, como China, o cuentos árabes, además de los ya conocidos de los Hermanos Grimm.
Ni una coma
No faltan tampoco 'El Gato con botas', 'La Cenicienta', 'Caperucita Roja', 'La cigarra y la hormiga' o 'Blancanieves y los siete enanitos'. Estas narraciones tienen, a veces, algún pequeño problemilla, como apunta María Eugenia Aguirre, voluntaria de 'Hospital Imaginario'. «No usamos mucho este tipo de cuentos, porque los pequeños ya tienen sus preferidos y, si le cambias alguna palabra en la narración, ya te dicen que no les ha gustado».
Para formar parte de 'Hospital Imaginario' y participar en esta divertida actividad, las personas interesadas pueden acudir a la planta de Pediatría del Hospital San pedro, los lunes a las seis y media de la tarde.
La idea había surgido un año antes, cuando Jesús María Martínez y otros compañeros con ganas de hacer algo por los más pequeños se habían fijado en los payasos de hospital que existían en otros centros clínicos. Entonces comenzaban a coger auge los cuentacuentos, así que estos riojanos decidieron encaminar por ahí su trabajo voluntario en la Residencia logroñesa.
Días esperados
Poco a poco, fueron 'colándose' en las diferentes habitaciones de la planta de Pediatría, hasta que llegó un momento en el que los miércoles eran muy esperados por los pacientes más jóvenes del San Millán.
En 2002, 'Hospital Imaginario' se convirtió en una asociación y sus componentes comenzaron a recibir cursos de formación para desarrollar este trabajo altruista con más calidad. Ese paso hizo que 'Hospital Imaginario' alcanzara más notoriedad entre los internados y también que los voluntarios estuvieran más organizados a la hora de asistir al centro y de turnarse entre las diferentes habitaciones.
Hoy, en el nuevo complejo hospitalario San Pedro, son una docena de cuentacuentos, de entre 20 y 50 años, los que acuden durante una hora, los lunes y los miércoles, a relatar a los niños enfermos cuentos de los de toda la vida.
Incluso ya están pensando en ampliar su visita a la planta de Pediatría del hospital a un día más por semana, concretamente los viernes, y pasearse por los pasillos con un carrito de cuentos para que los pacientes puedan disfrutar con esta actividad.
Pero para cumplir ese sueño de ampliar la iniciativa, 'Hospital Imaginario' necesita más voluntarios, porque el número de niños hospitalizados lógicamente varía cada semana.
Los voluntarios de esta asociación llegan a la planta sobre las cinco y media de la tarde. Es un momento muy esperado por todos los pequeños, y también por las familias.
Batas de colores
Enseguida se disponen a hacer que los ingresados pasen un rato entretenido ataviados con sus batas de colores. Jesús María comenta que antes, «las familias aprovechaban la visita de los voluntarios para bajar a la cafetería y descansar unos minutos. Sabían que el niño estaba en buenas manos. Ahora, se quedan y participan. Incluso traen a hermanos o amigos del paciente y, entre todos, se cuenta el cuento».
Uno de los voluntarios, Millán, recurre siempre a los cuentos tradicionales, como 'Los tres cerditos' o su preferido, 'El Capitán Garrapata'. Se trata de una narración en la que se hace un barco de papel y en cuyo final aparece una sorpresa. Pero hay también nuevos relatos como el que habla de una familia de monstruos o el llamado 'Culito Independiente'. Todos los cuentos están dirigidos y adaptados a las edades de los pacientes de cada habitación.
Y también se rescatan, en cada paseo por el pasillo de Pediatría del San Pedro, un sinfín de relatos venidos desde el lejano Oriente, como China, o cuentos árabes, además de los ya conocidos de los Hermanos Grimm.
Ni una coma
No faltan tampoco 'El Gato con botas', 'La Cenicienta', 'Caperucita Roja', 'La cigarra y la hormiga' o 'Blancanieves y los siete enanitos'. Estas narraciones tienen, a veces, algún pequeño problemilla, como apunta María Eugenia Aguirre, voluntaria de 'Hospital Imaginario'. «No usamos mucho este tipo de cuentos, porque los pequeños ya tienen sus preferidos y, si le cambias alguna palabra en la narración, ya te dicen que no les ha gustado».
Para formar parte de 'Hospital Imaginario' y participar en esta divertida actividad, las personas interesadas pueden acudir a la planta de Pediatría del Hospital San pedro, los lunes a las seis y media de la tarde.
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